Así que, ya sea con un ramillete de violetas o un pequeño colgante, lo que realmente estamos diciendo es “ámame”. Ámame en los días soleados y en los nublados, en los momentos de alegría y en los de tristeza. Ámame con la certeza de que, al igual que las flores necesitan agua y luz para crecer, nuestro amor necesita de pequeños actos de bondad y consideración para prosperar.
En este mundo acelerado, tomarse el tiempo para seleccionar flores o un regalo es un recordatorio para desacelerar y nutrir lo que es verdaderamente importante: nuestras relaciones con aquellos a quienes amamos.
Comments